miércoles, 1 de abril de 2015

El encantador de sueños

¿Dónde surgen los sueños que tenemos? ¿Existe alguien que vele por ellos y por nosotros mientras estamos en las garras de Morfeo?

Los sueños surgen de uno mismo, son ideas propias, la mayor parte del tiempo maquilladas por nuestro propio subconsciente encerrado que mediante los sueños intenta gritarnos algo.
Existe un pequeño universo paralelo al nuestro, que camina junto al que nosotros conocemos, en la misma dirección, en el mismo sentido, a una mínima distancia. Este pequeño universo esta habitado por unos graciosos duendecillos, los encantadores de sueños, diminutos seres de no más de diez centímetros de altura del color de los mismisimos sueños. Son personitas cambiantes, volátiles, risueñas e incluso oscuras; tan distintos los unos de los otros como un sueño lo es de otro. 

Su misión en este extraño universo no es otro que el de velar por nosotros cuando al cerrar los ojos empezamos a soñar, ellos son los encargados de evitar que nos perdamos, que suframos cualquier daño en las historias que se suceden en la noche, que acabemos autolesionándonos mentalmente, que nos olvidemos de la realidad. 
Para llevar esta tarea a cabo los encantadores de sueños cuentan con unas extravagantes fábricas, compuestas de múltiples módulos y despachos, coronadas por una gran cantidad de chimeneas que emiten polvo de estrellas. Podría decirse que estas criaturillas tienen algo de hada.
Colindantes a estas industrias, se encuentran los garajes del único transporte capaz de viajar de uno de los universos al otro, los saltadores, vehículos a propulsión con forma de insecto, pero con tan solo cuatro patas.

La rutina de este universo se centra en su única tarea, cuidarnos en la faceta onírica de nuestra vida. Para llevar a cabo tan arduo trabajo los encantadores de sueños trabajan turnándose en horarios de doce horas; nadie dijo que mantenernos a salvo de nosotros mismos fuera fácil.
Los días solían sucederse sin mucha complicación, quizás algún incidente o emergencia de vez en cuando en alguno de los módulos, pero sin nada de especial gravedad. Todo hasta hace poco, cuando los sueños han empezado a ser cada vez más peligrosos...

Aquí en nuestro universo, en nuestro planeta, los sueños han comenzado a ser peligrosos. Lo oscuro del día a día nos lleva a que esas tinieblas penetren en nosotros, en todo lo que somos; haciéndose dueñas de nuestra mente cuando dormimos.
Nos hemos olvidado de soñar, no sabemos como hacerlo; en las noches se suceden las pesadillas, los intentos de huidas hacía la solución fácil que proporciona el no despertar, la oscuridad, las vidas paralelas, el no saber encontrar en los sueños el oasis para a la mañana siguiente continuar. Preferimos la opción que requiera menos sacrificio, o me encierro en ese mundo ideal o ni siquiera lucho y dejo que las sombras se adueñen de todo.

"Situaciones extremas requieren medidas desesperadas"

Puede que desde hace muy poco oigas algo en la noche, el sonido de una misteriosa "avioneta".
Puede que en un intento de averiguar de que se trata hayas mirado al cielo intentando buscar la procedencia del ruido sin éxito ninguno.
Puede que al no descubrir que es lo que emite tal sonido, tu cabeza haya empezado a imaginar, a crear diversas teorías sobre que es lo que sobrevuela tu ciudad.
Puede que mientras tanto, con todo este proceso tu mente empiece otra vez a aprender como soñar.

"Situaciones extremas requieren medidas desesperadas"...

... Y como tal, ni tontos ni perezosos, los encantadores de sueños tomaron la iniciativa. Desde hace poco tiempo, y valorando la gravedad del asunto, surcan las noches con sus saltadores, vigilando lo más cerca posible el origen del conflicto, nosotros.
El ruido que escuchamos no es más que el sonido que produce el saltador al pasar saltando, como su propio nombre indica, de un universo a otro; de ahí que no se escuche en todas partes (el salto se produce en un lugar concreto), y que tan sólo dure un breve periodo de tiempo una vez entrada la noche.

Su misión: que aprendamos el valor de los sueños, que sepamos disipar las tinieblas de nuestro día a día, que en lugar de encerrarnos en nuestros sueños hagamos de nuestra vida, sueño, y ante todo que aprendamos a soñar.

"No sueñes tu vida, vive tus sueños" 


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