martes, 23 de diciembre de 2014

Ojala...

Ahora, que a cualquier cosa se llama poesía, a escribir prosa en vertical. Cuentos, pero sin finales felices, sin "comieron perdices". Historias de engaños, fraudes, de mentiras.

Ahora, que los ojos mienten, las manos no sienten y las bocas se han olvidado de besar, de verdad.

Ahora, que sin comerlo ni beberlo nos hemos convertido en actores de la mayor farsa; no vivimos una vida, montamos un escaparate de venta al por mayor, esperando al mayor postor, poniendo precio hasta a la dignidad.

Ahora, que estamos acostumbrados a la decepción, al esperar sentados, a la desilusión; poblado el mundo de muñecos rotos, hombres de hojalata en busca de un corazón, amantes de la autocompasión.

Ahora, que andamos con las cabezas huecas, pero los bolsillos llenos; sin nada que enseñar, sin nada que querer aprender, tan sólo serrín.

Ahora, que reinan los vagos, gusta lo fácil y el trabajo duro y esfuerzo es cosa de los libros de historia.

Ahora, que la envidia, el egoísmo, el "con alevosía y premeditación" gobiernan las calles, destacan los malos y el ser bueno se considera defecto.

Ahora... ahora y siempre ojala seas marcado de diferente. Desentonar; ser la excepción que confirma la regla; la luz que brille entre tanto gris; la esperanza para alguien; el querer sin peros y sin reservas; el darlo todo y más y nunca, nunca, nunca rendirse hasta el final; el dar sin recibir; el ayudar sin recibo; el "mentir esta mal"; el "que le den a lo que piensen los demás": el conocer el valor y no el precio de las cosas; el pasar por la vida pisando fuerte, nunca de puntillas; el aprender a rectificar; el no pasar encima de los demás, sino por su lado...


Ojala seas esa sonrisa entre tanta gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario